miércoles, 9 de julio de 2008

El mayor avance es detenerse



El mayor avance es detenerse

Ana Andaur Rodríguez

Claudio Araya Véliz

Hoy en día, como personas e integrantes de esta sociedad, nos vemos enfrentados a un sinnúmero de problemas. A nivel personal: Estrés, desmotivación, sentimiento de vacío, incomunicación tanto a nivel familiar como también en otras relaciones significativas, consumismo, entre muchos otros problemas. En un nivel más social: Desigualdad, pobreza, una severa crisis ecológica producida por la contaminación y la excesiva concentración de CO2 en la atmósfera, lo que está produciendo catastróficos efectos debido al calentamiento global, desastres naturales, escases de recursos, etc.

Siendo conscientes de estas problemáticas, y tratando de observar cómo se vinculan unas con otras, y cuál puede ser una epistemología que nos permita ir construyendo soluciones, es que ha aparecido a nuestro rescate un concepto que es, a nuestro juicio, sencillo pero complejo de implementar, además en principio puede parecer contra intuitivo, pero luego de prestarle atención podría delinear un sendero que nos guie a afrontar estas dificultades. El concepto al que nos referimos es el de Mantenimiento sustentable”.

Permítannos comenzar con una reflexión personal…

En nuestra vida cotidiana nos cuesta detenernos, mirar qué nos ocurre, volver a sentir nuestra respiración, como está nuestra mandíbula, apretada, tensa o relajada, olvidamos nuestro cuerpo, si nuestra espalda esta tensa o nuestros ojos están cansados. Tendemos a estar “haciendo” más que “siendo”, nuestra actual sociedad además incentiva este “hacer”. Tendemos a estar afuera, ocupados o preocupados más que dándonos cuenta de lo que nos está ocurriendo, de cómo, por ejemplo, el estar sentados ante un computador por más de tres horas, inevitablemente nos llevará a contracturar nuestros hombros, cuello, espalda, y varias zonas de nuestro cuerpo que no fueron hechas para estar en aquella posición por más de 1 hora o quizás incluso menos. Sin embargo, cuando volvemos a la respiración nos damos cuenta de estas tensiones; aquí detenerse suele ser la solución más conveniente y menos costosa a nuestras tensiones, a partir de ahí podemos comenzar a relajarnos, e incluso, si damos un paso más allá, al detenernos incluso podríamos hacernos conscientes de cual es el origen de nuestras tensiones, en el ejemplo pasar tantas horas sentados frente a un computador.

Tendemos, y lo hemos aprendido así, a creer que tenemos siempre que tender a hacer, a crecer o avanzar. En la educación a nuestro modo de ver estuvo presente un implícito de progreso o desarrollo, sin tener necesariamente claro cual era la dirección de ese “desarrollo”. De alguna forma, desde muy niños caminamos hacia algún lugar, sin tener necesariamente claro hacia qué lugar. (Nos imaginamos que a muchos les pasará lo mismo).

A veces a esta meta o fin se le llama éxito, ¿Pero qué realmente es? ¿Mayor status social, económico o que? ¿Cuándo uno sabe que ha llegado? ¿Hay realmente un final o es simplemente una progresión de deseos a satisfacer que tienden al infinito?, y seguir esa tendencia ¿significa genuinamente crecer o desarrollarse?

Debido a las dificultades enunciadas al principio, y a muchas otras que seria interminable enumerar, creemos que lo que necesitamos es un cambio a nivel paradigmático, cuestionarnos la idea fuerza implícita de desarrollo, y volver a re-valorizar el equilibrios, la re-utilización, quizás desarrollar una filosofía del “mantenimiento sustentable”.

Como lo vemos hoy al menos, caminar hacia un mantenimiento sustentable es uno de los caminos posibles para enfrentar los graves problemas que estamos viviendo como personas y como sociedad, y que hoy, como en ninguna otra época, están afectando a todo el planeta, por lo que necesariamente requiere también una respuesta al mismo nivel, es decir, una respuesta unitaria y global. A nuestro parecer, este concepto podría contribuir tanto en un nivel global como en un nivel más individual y concreto, podría contribuir a mejorar la calidad de vida en nuestra vida cotidiana.

Renunciar a la idea de seguir creciendo, sin dudas es una idea que hoy parece antojadiza y demasiada descabellada, es romper con una continua cadena de acciones y no es un mero cambio de dirección o velocidad, es más radical que eso, es decidir parar. El mantenimiento sustentable equivale a cuestionar la noción de progreso que aún aparece implícita en el concepto de desarrollo, y busca revalorizar lo que ya se posee, equivale a decir “así como estoy, estoy bien, no necesito más”, “no necesito continuar progresando”, elijo no ser o querer más como intento de solución. A mi parecer es un cambio de nivel lógico, lo que en equivale a un cambio del cambio, en pensamiento sistémico se denominaría realizar un cambio tipo 2”[1].

Lo que a continuación quisiéramos hacer, es enunciar algunas ideas en torno al concepto de Mantenimiento sustentable.

“Mantenimiento sustentable” es un concepto derivado del concepto “desarrollo sustentable”, aunque en algún sentido busca trascenderlo. “Mantenimiento sustentable” y “Desarrollo sustentable” tienen una cosa en común y una fundamental diferencia.

Lo que tienen en común es el adjetivo de “sustentable”, que hace referencia a que no se puede explotar todos los recursos hoy, sin considerar las repercusiones que este actuar pueda tener en el futuro cercano, mediano o lejano. Sin dudas el concepto de desarrollo sustentable vino a dar un significativo aporte, una reflexión necesaria ante el concepto de puro “desarrollo” sin adjetivos, y es que es una contribución en el sentido de que se evalúa positivamente crecer, pero siempre y cuando ese crecimiento este ligado a no hipotecar posibles futuros desarrollos. En el desarrollo sustentable sin embargo no se cuestiona el concepto de desarrollo, se da por sentado, hay que continuar creciendo, ser más grande. Es en este último punto donde “Mantenimiento sustentable” y “Desarrollo sustentable” se diferencian. “El Mantenimiento sustentable” viene a cuestionar este implícito de desarrollo. Desarrollo posee una noción implícita de crecer, y nosotros nos preguntamos: Si todos queremos crecer: ¿Qué ocurrirá cuando tu crecimiento interfiera con el mío?, ¿en término de recursos por ejemplo?, o ¿Qué ocurrirá cuando no haya donde crecer?, ¿pensaremos en otras fronteras?. De alguna forma, nos guste o no, en el núcleo conceptual del “desarrollo” continua estando implícita una filosofía positivista de progreso, con una natural rivalidad o competencia, también en la noción de desarrollo se puede leer una carencia presente, de colocar el foco en el futuro más de lo que se tiene hoy, pero ¿Cuál es el sentido de sólo continuar creciendo indefinidamente? ¿No se podrá aspirar a conservar un equilibrio que otorgue más sentido y a la vez logre ser ecológico[2]?

La biología nos enseña que todo organismo que está vivo tiene que tener movimiento, mantener un equilibrio homeostático[3]. Este “mantenimiento” a nuestro parecer es un concepto vivo, dinámico; contrariamente a lo que podría creerse, requiere de mucho intercambio de energía y recursos, mantenerse en un estado presente y equilibrado.

En las ciencias sociales el mantenimiento sustentable no es para nada un concepto nuevo, está presente con otro nombre en varias culturas milenarias, tanto de Occidente como de Oriente. En el pensamiento occidental lo apreciamos, por ejemplo, en las filosofías Epicúreas y Estoica, que surgieron en el periodo Helenista, una época llena de confusión y dudas, con el que se pueden hacer varias analogías con el mundo actual. Ambas filosofías buscaban dar respuesta a la pregunta: ¿Cómo vivir mejor?, como respuestas aparece dos sistemas filosóficos que aspiraban a alcanzar la Ataraxia, un estado de imperturbabilidad y serenidad, buscaban alcanzar un equilibrio emocional mediante la disminución de las pasiones y necesidades, algo muy cercano a lo que hoy llamaríamos un “equilibrio sustentable”, con un mayor énfasis individual en el Epicureísmo, y con mayor énfasis social en el Estoicismo, tanto en el “hedonismo filosófico” Epicúreo, como en la “renuncia Estoica” existe sin dudas un intento de dar una respuesta mediante un equilibrio sustentable ante la búsqueda de un buen vivir.

En la tradición filosófica Aristotélica, en su concepto de Ocio en contraposición al Neg-ocio (negación del ocio) también podemos rastrear ciertas raíces de este mantenimiento sustentable. Un ocio filosófico que no tiene la misma connotación negativa que hoy tiene en nuestra cultura utilitarista, guarda relación con un cultivo y mantenimiento dinámico, tener lo necesario para disfrutar este momento presente, de acuerdo a nuestras necesidades para poder cultivar el ocio, y desarrollar así el amor por la sabiduría (la filosofía), que sólo a través de esta vía era posible de realizar y que sólo los sabios eran los afortunados de poder llevarlo a cabo. Sólo ellos podían cultivar ese espacio para reflexionar sobre lo esencial de la vida y experienciarlo. Por supuesto que esta visión de hace más de 2300 años ha sido complejizada por los hallazgos de las ciencias modernas y complementadas por las filosofías modernas.

Por su parte, en la tradición cultural de Oriente, aparece con más claridad y crédito la idea de “mantenimiento”, presentes por ejemplo en las tradiciones budistas y taoístas.

En el Budismo aparece en la riqueza del estar presente, de tomar sólo aquello que necesitamos, he incluso en el concepto de Karma, entendido como ser conscientes de los efectos futuros que tienen nuestras acciones presentes.

Volviendo al concepto de “mantenimiento sustentable”, éste implica necesariamente revisar y cuestionar la idea de crecimiento y desarrollo como única vía a futuro, ya que ambas, en su núcleo conceptual implican un estado presente insatisfactorio o al menos neutro, y un futuro a alcanzar, distinto y “mejor” o “con más” , “mas pleno” “Con mas de aquello que hoy no tenemos”.

El “Mantenimiento sustentable” necesariamente requiere cambiar esta mirada lineal y cualitativamente separadas de presente y futuro, esta nueva mirada busca una valorización del presente como un estado donde ya se tiene lo fundamental, no se necesita ir a otro lado o estar en otra situación, no está en alcanzar en un estado futuro la respuesta, la respuesta se da en prestarle atención al presente. En este volver a mirar el concepto de mantención se vuelve paradójicamente dinámico. Deja de lado, o mas bien trasciende (no niega ni desconoce, sino que supera) las proyecciones futuras, invita a abrir los ojos ante las necesidades actuales, en función del mantenimiento del bienestar y el equilibrio, en un sentido práctico, con el mantenimiento sostenible, presente y futuro acercan, se vuelven interdependientes e integrados, el estado presente y el estado futuro están ineludiblemente unidos.

Sería ir en contra de aquella Maquiavélica afirmación: “El fin justifica los medios”, que por muchas otras razones ha sido muy condenada, pero que sin embargo seguimos utilizando sin darnos cuenta, por ejemplo, continuamos estresamos, deprimiéndonos, deterioramos algunas relaciones con otros, entre muchos otros efectos que tienen estos medios para conseguir un “mayor desarrollo”, para que nos aumenten el sueldo, para ser el empleado o empresario del mes o del año, para sentirnos exitosos, aunque pase luego el efecto y pronto busquemos una meta más lejana para volver a sentir lo mismo.

En esta propuesta de mantenimiento lo que se busca es cuidar los medios, es cuidarnos y cuidar a otros. Quizás arriesgamos más de lo que quisiéramos arriesgar si nos diéramos cuenta. Dando un paso más, en el mantenimiento sustentable el medio se transforma en el fin, caminar equilibradamente es el medio y el fin.

Contrariamente a la lógica que se ha seguido hasta ahora en Occidente, de crecer y consumir cada vez más, el detener este ritmo de “evolución” y generar un mantenimiento sostenible implica, volver la mirada hacia las propias para necesidades[4], en vez de consumir cada día más y buscar los siempre huidizos e interminables satisfactores. Implica un cambio de lógica, implica volver a re-establecer prioridades, teniendo como principio tomar aquello que necesitemos, no más ni menos. Siguiendo las antiguas metáforas, es como si dejáramos de perseguir la zanahoria de los satisfactores, la eterna promesa que nunca se materializa, y decidiéramos simplemente disfrutar el no perseguirla más.

Si lo miramos a nivel mas global, el concepto de mantenimiento sustentable implicaría (especialmente en naciones desarrolladas o en vías de desarrollo) consumir menos, o mas concretamente, vivir con aquello que se tiene y aprender a utilizarlo eficaz y ecológicamente, de alguna forma es una invitación a una vida sin seguir persiguiendo la zanahoria. Esto permitiría facilitar y compartir los recursos con quienes no tienen lo mínimo necesario para mantenerse saludable.

En síntesis el “mantenimiento sustentable”, pensado tanto a nivel individual como global implica necesariamente volcar la mirada a las necesidades, tomar aquello que se precisa.

Sin dudas resulta ser un desafío complejo, de partida: ¿Quien define y cuanto es lo que necesitamos?, ¿suplidas cuáles necesidades, el mantenimiento sustentable se hace un concepto válido?[5] Estas son interrogantes acuciantes que aparecen de inmediato, y que necesariamente habría que discutir en cada caso en particular, quizás cada quien necesita una respuesta distinta que uno mismo puede encontrar, como también variadas disciplinas nos pueden dar luces, la economía, la sociología y la psicología, entre otras. Estas preguntas a nuestro juicio abren suficiente campo para centenares de ensayos. Sin embargo y más allá de ponernos de acuerdo en estos puntos, hoy pocos se atreverían a discutir que hoy más que nunca se vuelve necesario pensar en soluciones en esta línea. De alguna forma, por la gravedad y complejidad de problemas a los que nos vemos enfrentados, tiene que darse un cambio de forma de pensar, un cambio a nivel lógico, hoy más que nunca se requiere una mayor autoconsciencia en el consumo.

Sin embargo, no hay por qué ser radicales al respecto. A nuestro parecer, no significa vivir con lo mínimo llevado a un extremo, sino que re-descubrir y valorizar aquello que esta a la mano. Algunos podrán tomar la vía extrema y vivir absolutamente a fin de sus necesidades básicas de comida, salud, relaciones interpersonales, etc. Sin embargo, algo más aplicable puede ser el lograr visualizar lo que se tiene, ver qué más se quiere tener, pero saber detenerse. Saber decir “ya me compré un televisor plasma”, no necesito el súper modelo plus ya que sólo me interesa ver televisión con la calidad de imagen que ya tengo, quizás pueda reducir algunas horas de trabajo para poder disfrutar de este televisor con mi familia o amigos”, estos ya son aportes en esta línea.

Puede resultar un ejemplo muy simple y cotidiano, pero que si se lleva a distintos ámbitos puede resultar revelador. Se podría desplegar un mantenimiento según lo que uno tiene, creciendo en equilibrio con permanecer.

Los fanatismos producen mucho sufrimiento, tampoco queremos ser fanáticos del mantenimiento sustentable, sabemos que en un extremo es un imposible, tenemos que continuar conservando la noción de desarrollo, pero creemos que la línea del mantenimiento puede traernos muchos beneficios a todos, algunos pueden aportar mayor equilibrio compensando el desarrollo desaforado que tienen en ciertas áreas (material, de status, etc) con un crecimiento en otras áreas, por ejemplo personal, profesional y creciendo en calidad de vida, lo que paradójicamente podría implicar la vía del mantenimiento sustentable.

Si observamos la dimensión material, tener más bienes de lo que se necesita genera problemas prácticos, implica “arrastrar” una carga de preocupaciones, en cambio, necesitar menos da más libertad, es más fácil moverse, cambiar de rumbos, etc. ¿Cuántas veces no se han limitado por temor a perder algo que posee? Por ejemplo, no salir un periodo prolongado de vacaciones, dado que le pueden robar la casa, o temor a perder el auto si lo deja estacionado mucho tiempo en la calle por ir a divertirse. Son pequeños ejemplos, pero que reflejan que en nuestros días se privilegia las aparentes seguridades, en desmedro de las libertades más elementales, el tener más, el crecer, más también nos conduce a ser más esclavo de nuestras pertenencias.

Un ejemplo práctico que esta libertad es posible de alcanzar en la misma sociedad en la que habitamos lo refleja el movimiento denominado: Vida simple o Simplicidad Voluntaria, un movimiento que comenzó hace mas de 10 años en Estados Unidos, y que hoy tiene variados exponentes al menos 9 países de Europa[6]. Estos grupos con diferentes motivaciones o conjunción de motivaciones (Filosóficas, éticas, ecologistas, religiosas, etc) optan por tratar de darle una vuelta al sistema y propugnan una vuelta a tener sólo aquello que necesitamos, buscando descargar la vida de todo aquello lo que está demás, privilegiando la calidad de vida. Son grupos que se acompañan, comparten ideas y se organizan para aprovechar de mejor forma sus bienes materiales, entre ellos y entre los que lo necesiten.

Algunos de los valores que guían estos grupos son:

  • Eliminar el exceso de posesiones y actividades que puedan producir desorden físico o mental, o que son incompatibles con los valores personales más importantes.
  • Limitar el consumo de bienes materiales a aquellos que realmente se necesiten centrándose en aquellas actividades que produzcan bajo impacto.
  • Trabajar en algo satisfactorio.
  • Vivir de manera que se conserven los recursos naturales, reciclando y compartiendo lo que se tiene.
  • Desarrollar una actitud de apoyo hacia la gente sin medios o con dificultades, apoyo afectivo y económico.
  • Invertir tiempo y energía en desarrollar unas relaciones estrechas con la familia y con los amigos.
  • Desarrollar un sentido de paz y alegría, aprendiendo a vivir el presente
  • Ser más autosuficientes en las necesidades diarias, aprendiendo a reparar las cosas o practicando el intercambio de servicios con amigos y conocidos.

De alguna forma, que los grupos que optan por la Simplicidad voluntaria lleven funcionando varios años, son una prueba fehaciente que es posible de realizar un giro, es un ejemplo muy realista[7]

Si logramos reducir nuestras necesidades, necesitaremos también menos dinero, y si necesitamos menos dinero necesitaremos también trabajar menos tiempo, y así podremos aumentar nuestra calidad de vida, teniendo más tiempo para hacer lo que deseemos hacer, por ejemplo: estar con nuestras familias o amigos, o utilizar este tiempo en hacer lo que nos plazca: caminar, leer, escribir, jugar, cultivar un hobby, etc., hacer aquello para lo cual obtenemos el dinero que ganamos trabajando. Esto es especialmente aplicable para un país como Chile, en el cual el concepto de calidad de vida y reducción de horas de trabajo va muy en contra de nuestros valores como cultura, donde es muy bien visto el que trabaja mucho, y es un “vago” el que no lo hace tanto o el que hace otras actividades por las cuales se va a la hora preestablecida por contrato del trabajo y no se queda más horas realizando el trabajo de un tercero que no existe ya que el trabajo de 3 personas lo realizan 2. El ocio filosófico aristotélico en nuestra sociedad utilitarista Chilena se ha transformado en un pecado capital.

Nos imaginamos que si esta misma visión se traslada a un nivel más global, los conflictos por mayores recursos económicos y energéticos disminuirían, y se podría afrontar, desde otro piso problemas como los de la desigualdad y los conflictos medioambientales.

Finalmente, lo que a nuestro juicio es lo más fundamental, si bien el concepto de “mantenimiento sustentable” es un concepto que busca ser un concepto filosófico, ya que contribuiría a la reflexión, (y que creemos que lo hace) el “mantenimiento sustentable” necesita, para ser efectivo, ser también una práctica, es absolutamente insuficiente sólo reflexionar o estar de acuerdo con un “mantenimiento sustentable” sino se es consecuente en la vida cotidiana con este concepto, si queda solo en la reflexión el “mantenimiento sustentable” se vuelve una idea retórica y vacía, como tantas otras.

El mantenimiento sustentable es útil si y solo si de él se derivan acciones, si a partir de su comprensión se realizan cambios, en los que uno pueda hacer cambios, hacer lo que uno pueda, con lo que tiene, desde donde esta. En un nivel individual se podría emprender un sinnúmero de acciones, un sencillo ejemplo, se podría disminuir el gasto de basuras y reciclar, fabricar compost, o utilizar de forma más eficiente la energía en nuestros hogares, cuidar el gasto de agua y energía eléctrica. Incluso a nivel más concreto, en nuestra vida cotidiana serviría preguntarnos ¿hacia donde voy? ¿Qué sentido tiene? ¿Para qué trabajo 9 o 10 horas a la semana 6 días de ella? ¿La respuesta a la que llego con esa pregunta es del todo cierta? ¿De verdad no tengo para comer si disminuyo algunas horas de mi trabajo? ¿Qué me sale más a cuenta, comprar los medicamentos que tengo que tomar para el estrés, depresión, resfríos varios, ver menos a mis hijos, conyugue, amigos u otros seres queridos ó disminuir unas horas de mi trabajo por un salario menor? Por ejemplo. Como también se podrían desarrollar acciones más sencillas, como por ejemplo aprender a detenerse por unos segundos, respirar, cambiar la postura incómoda en la que estábamos y no nos dábamos cuenta y luego continuar.

En un nivel más amplio se puede hacer aportes en políticas nacionales y/o mundiales que contribuyan, por ejemplo a reducir las emisiones de CO2.

Estas acciones, y cientos de otras, pueden darle y tienen que darle vida a este concepto, sólo así adquiere un verdadero sentido.


[1] Cambio tipo 2, quiere decir: Cambio del cambio, Modificar la lógica de los intentos de solución antes realizados, implica un cambio de nivel lógico dando una respuesta en un nivel lógico superior. Es un concepto inspirado en las ideas de Gregory Bateson y desarrollado y popularizado por Paul Watzlawick John Weekland y Richard Fisch, como parte de la Teoría Cibernética de segundo orden. (Ver texto Cambio, Editorial Herder: España)

[2] Ecológico en un sentido amplio, no sólo en su connotación medio ambiental más popular, ecológico entendido como haciéndonos responsable de las consecuencias nuestros actos.

[3] Homeostasis: (En Biología) “Conjunto de fenómenos de autorregulación, que conducen al mantenimiento de la constancia en la composición y propiedades del medio interno de un organismo (Definición de la Real Academia de la Lengua Española, http://www.rae.es.

[4] El tema de definir y aclarar cuales son las necesidades, es un tema amplio y complejo, que trasciende por lejos este ensayo, sin embargo, por ahora baste decir que varios modelos en Psicología, desde los clásico A. Maslow (1943)y C. Alderfer (1969), hasta mas contemporáneos, L, Doyal (1994) alcanzan ciertas coincidencias, existiendo consenso en establecer ciertas necesidades como fundamentales (alimentación, resguardo, afiliación), aunque hoy se acepta también mayor movilidad y relatividad cultural de ellas.

[5] A Juicio de los autores, cuando no están cubiertas las necesidades materiales y nutricionales básicas, se hace imperativo y ético un desarrollo sustentable, antes que un mantenimiento sustentable, el cual comienza a aportar cuando la persona tiene en gran medida sus necesidades básicas ya cubiertas.

[6] En Alemania, Dinamarca, Suecia, Noruega, Suiza, Bélgica y Escocia existen grupos de simplicidad voluntaria, mientras que en Italia y España funcionan desde hace años los balances de Economía solidaria. Donde hay Charlas, seminarios y reportajes esporádicos. (Extraído de artículo: La vida simple de Carlos Fresneda y Janine Schreurs, en: http://www.holistika.net/vida_sostenible/consumo_responsable/la_vida_simple.asp

[7] Para mayor información sobre Simplicidad voluntaria, existen variados recursos en Internet, entre los que sugerimos están:

(En español)

Artículo que explica los principios de la simplicidad voluntaria: http://www.arqhys.com/noticias/2007/06/simplicidad-voluntaria-un-futuro.html.

Artículos prácticos sobre consumo responsable: http://www.holistika.net/vida_sostenible/consumo_responsable.asp?s

(En Ingles)

Foro de la Vida Simple: www.simplicityforum.org

Guía para recursos de la simplicidad: http://www.gallagherpress.com/pierce/

Movimiento en EEUU, campaña ante la falta de tiempo en la vida cotidiana: http://www.timeday.org/

1 comentario:

José Salazar dijo...

Hola, me ha gustado mucho el texto, me resulta interesante la distinción entre desarrollo y mantenimiento.

Hace poco vi un documental de la BBC "Planeta Tierra", y bueno, lo que sabemos, la ecología planetaria está al límite.

A escala más cotidiana, me pasa que quiero más tiempo, a veces me llego a sentir atorado de ganas de hacer cosas y sentir que no me alcanza el tiempo. También ando tenso, acelerado. Creo que me arranco demasiado a menudo del presente, de lo que tengo, suponiendo implícitamente que hay algo mejor más allá. Y bien, las presiones laborales, familiares, que en parte vienen "externamente", y en otra buena medida, tienen que ver con cómo me las vivo.

Un abrazo
José Ignacio S.